Los contratos temporales para personas con discapacidad se disparan en el último año

Atades critica que la gran mayoría vayan dedicados a personas con solo el 33% de discapacidad.

Un trabajador con discapacidad durante su jornada laboral
Los contratos temporales para personas con discapacidad se disparan en el último año
Luis Ángel Tejedor

El crecimiento de contratos a personas con discapacidad ha seguido la tendencia general de la contratación y se ha incrementado durante el último año. Un aumento del 20%, que se traduce en más de 330 nuevos contratos en comparación con 2013. Mientras que en 2013 se realizaron 1.734 contrataciones, un año después esta cifra ascendía hasta los 2.071. "Es un dato positivo que demuestra que se está trabajando bien, pero todavía hay mucho que hacer", señala Marina Ladrero, directora de Recursos Humanos de la Fundación de Disminuidos Físicos de Aragón (DFA). 


Prueba de ello es la composición desigual de la contratación. El incremento más significativo se ha producido en los contratos temporales, que han crecido un 53,57%, pasando de 392 a 602 en un solo año. “Esto se debe a que tanto la demanda interior como la exterior están siendo sumamente volátiles, por lo que las empresas no ven claras las opciones de contratación y se decantan por trabajos temporales”, subraya Félix Arrizabalaga, gerente de Atades.


Por el contrario, el número de contratos de interinidad que se han firmado por personas discapacitadas se ha visto reducido un 10,34%. El resto de contrataciones (indefinidos, eventuales, de obra y servicio, etc.) han ido aumentado de una manera bastante similar durante el último año, con crecimientos de alrededor el 15%.


Arrizabalaga destaca que cada vez es más habitual que se soliciten perfiles cualificados que tengan una minusvalía con objeto de poder acogerse a determinadas ayudas. Prueba de ello es que el 21% de las contrataciones que se realizaron en 2014 fueron bonificadas por la Seguridad Social. Si embargo, lamenta que generalmente estos nuevos contratos sean para personas con solo un 33% de discapacidad. “La idea fue poner estas ayudas para personas con más dificultades para acceder a un empleo como gente con discapacidad intelectual o física severa”, señala Arrizabalaga.


Asimismo sostiene que, de este modo, muchas empresas lo utilizan para cumplir con el 2% de trabajadores con minusvalía que se les exigen a las compañías con más de 50 trabajadores. “De este modo, siguen la ley y además pueden encontrar trabajadores que cumplan las tareas sin ninguna dificultad para ese determinado puesto de trabajo”, destaca.


La brecha de sexo también es palpable en el colectivo de personas con discapacidad. Los hombres rubrican la mayor parte de los contratos que se firman cada año y además, el crecimiento que han experimentado durante el último año ha sido el doble que el de las mujeres. La única ventaja con la que cuenta el sector femenino es que el número de contratos indefinidos se ha disparado un 25% en comparación con 2013, una cifra muy lejana del 3,3% de los hombres.


Además, Arrizabalaga critica que la tasa de actividad de este colectivo es mucho más baja que la de la población en general, mientras que la tasa de desempleo es más del doble. “Las diferencias que existían antes de la crisis se siguen manteniendo aproximadamente sin variaciones”, afirma. Del mismo modo, Ladrero señala que lo más preocupante dentro de este colectivo es la elevada tasa de inactividad de la población activa, que supera el 60%. "Hay mucha gente que por desesperación ni siquiera busca un empleo", recalca. 

Los centros especiales de empleo, el trabajo para discapacidades más elevadas

Según Arrizabalaga, las personas con discapacidades físicas o psíquicas elevadas solo suelen conseguir un trabajo en los centros especiales de empleo, que están asociados a entidades sin ánimo de lucro. “En estos sitios se intenta desarrollar la capacidad y autonomía de estas personas a costa muchas veces de la balanza económica”, subraya.


No obstante, destaca que el Gobierno de Aragón está realizando un gran trabajo respecto a las ayudas que proporciona para la contratación de este colectivo. “No es suficiente, pero somos conscientes de que la DGA está ofreciendo muchas más ayudas que otras comunidades y valoramos ese esfuerzo”, puntualiza. De hecho, este año todavía están pendientes de que se convoquen las ayudas. “Nos han dicho que se van a mantener, pero como hay elecciones no estamos seguros de si se aprobarán antes o puede haber cambios de decisiones después de los resultados”, recalca.