¿Crisis? ¿Qué crisis?

El CAI sofoca en el Pabellón de Deportes de Murcia un incendio que amenazaba con arruinar la temporada. El triunfo, que fue celebrado intensamente por jugadores y técnicos a la conclusión del partido, alivia la presión y mantiene el empate con la zona de ‘play off’

JasonRobinson lanza ante la tímida oposición de Cabezas.
¿Crisis? ¿Qué crisis?
Guillén/efe

Ganar o no ganar. Esa es la cuestión. Ni el más laureado de los equipos resulta indemne a una prolongada racha de derrotas. El CAI llevaba demasiados partidos conjugando el verbo perder en presente de indicativo. Había hilvanado siete tropiezos en una procesión del dolor que comenzaba a sentirse insoportable. Jugadores y técnicos estaban seriamente lastimados en su credibilidad externa y en su confianza interna. No cabía otra posibilidad en Murcia que la victoria como atajo para escapar del ardiente infierno. Un desafío en tierra hostil, donde el conjunto aragonés solo coleccionaba disgustos en la ACB. Sin acercarse ni por asomo a la excelencia, el plantel encontró la salida a este inquietante laberinto y venció.


Vencer en el pabellón murciano es sinónimo de vida. Una inyección de certidumbre y de vigor. Permite sofocar las llamas que consumían el proyecto en una temporada temida por las circunstancias excepcionales que la envuelven. Por más proclamas de tranquilidad que ha lanzado la entidad a lo largo de estas semanas abogando por la estabilidad y la reafirmación, ninguna declaración encierra tanto poder sanador como el triunfo. La efusiva celebración que reunió al colectivo tras la conclusión del encuentro, digna de un título o de una conquista extraordinaria, es la más contundente prueba de las urgencias que le acuciaban. Desahogo y liberación son las sensaciones que delataban los rostros de los protagonistas. Tomando prestado el título de uno de los álbumes más icónicos de la banda británica Supertramp, todos ellos pueden pronunciar un mensaje optimista. ¿Crisis? ¿Qué crisis?


Joaquín Ruiz Lorente tiene motivos para respirar aliviado. El zaragozano está aprendiendo a marchas forzadas los rigores de entrenar en la élite, en primera línea de fuego. Una profesión tan apasionante como insana, por las toneladas de responsabilidad que supone y por la exposición manifiesta a agentes que no siempre están bajo su control. Tras un arranque de ejercicio aseado, incluso brillante, comenzaba a arder en esta crisis total. Su persistencia en apelar a la fuerza del grupo y en no afear a ninguno de sus discípulos en sus comparecencias públicas, tuvo ayer un valiosísimo premio. La victoria compra tiempo, mantiene el empate con la zona de ‘play off’ y renueva un ambiente viciado por la frustración engendrada por tamaña sucesión de decepciones. Un botín impagable para el técnico, que no dudó en compartir su satisfacción.


"Estamos muy contentos y esto nos da más tranquilidad para afrontar las próximas semanas con la confianza que todos debemos tener. No se ha de olvidar que este equipo ha demostrado que sabe jugar al baloncesto y sabe competir y ganar en momentos complicados", aseveró en las tripas del Pabellón de los Deportes de Murcia.

La fuerza del grupo

Ruiz Lorente redundó en la unión que, según sostuvo, gobierna en el vestuario: "Quiero felicitar a los jugadores porque han estado muy unidos y muy concentrados, pese a la dificultad y a la adversidad de estas últimas tres semanas. Han demostrado lo grandes deportistas que son y el gran equipo que conforman. Llevábamos tiempo trabajando bien y esta victoria se la merecían sin lugar a dudas". Una cohesión que se plasmó en una defensa solidaria y eficiente."Hemos dejado a un equipo que anota con gran facilidad en 71 puntos en su casa. Además, el hecho de no haber ganado nunca en Murcia y hacerlo en la situación en la que veníamos, tiene doble mérito", apostilló.


Jason Robinson fue otro de los fortalecidos por la visita murciana. Huyó de la espesa neblina que le escoltaba para acometer la misión para la que fue reclutado por Willy Villar: ser decisivo en los momentos críticos. Esta vez, el estadounidense aportó su luz en los minutos que separan a los jugadores correctos de los superlativos. "Es una victoria muy importante para nosotros, que debe servir para seguir mirando hacia adelante", comentó el de Seattle. Para mirar hacia adelante y para sobrevivir, que no es poco.