Una carta al Papa de una niña robada reactiva la búsqueda de la madre biológica

El Vaticano advirtió al Arzobispado de Zaragoza para que ayudara a la chica facilitándole la identidad o el encuentro.

Cristina Jiménez, en una foto de archivo el pasado verano
Una carta al Papa de una niña robada reactiva la búsqueda de la madre biológica
A. NAVARRO

El envío de una carta al papa Francisco y otra copia al cardenal aragonés Santos Abril que escribió Cristina Jiménez, una supuesta niña robada, después de que el Juzgado de Instrucción 3 de Zaragoza archivara su caso por no haber identificado a su madre biológica, ha hecho que se reactive su búsqueda.


"Su Santidad. Le estoy escribiendo estas líneas debido a mi desesperación y como último recurso en una causa en la que sin querer me he visto involucrada y por desgracia no recibo apoyo de ningún organismo oficial. No sé a quién acudir para saber algo que toda persona sabe por derecho, el nombre de mi madre biológica. Sé que recibe cientos de cartas, pero le rogaría que si tiene un poco de tiempo y hace el favor lea mi historia". Así empieza la carta que envió el pasado jueves día 27 por fax al Vaticano y otra copia al cardenal aragonés a Alcañiz.Llamadas desde el Arzobispado


Cristina Jiménez recibió el pasado lunes dos llamadas desde el Arzobispado de Zaragoza para informarle de que hay un grupo de gente buscando a su madre biológica a través del expediente de la Asociación Medi-Albaida que tienen en depósito en Cáritas, desde que se cerró en 1989. Un alto cargo del Arzobispado le dijo que acababan de enterarse del caso y dos días después se celebró un Consejo de Consultores, integrado por diez presbíteros, para adoptar la decisión de la búsqueda de la madre biológica.


El efecto ha sido inmediato, aunque por el momento, según ha podido saber HERALDO, la localización de la madre es compleja. La carta al Papa ha abierto la posibilidad de que se produzca el encuentro o facilitar la identidad de una manera contundente.


La titular del Juzgado de Instrucción 3, Mercedes Terrer, que archivó el caso sin haber recibido el expediente de la adopción de la chica, dejó la posibilidad de que la joven contactara con Cáritas para que como "intervención humanitaria" pudieran ayudarla, pero siempre "fuera de la causa".


Esta semana se ha llegado a barajar hasta que el nombre de la madre que aparece en el expediente sea falso porque no se ha podido localizar. Sin embargo, por el momento se ha logrado identificar la tumba del supuesto abuelo de Cristina Jiménez en el cementerio de Torrero y esta pista puede llevar hasta la madre.


Cristina Jiménez tiene 29 años, nació en la Clínica Montpellier el 18 de marzo de 1985 y al día siguiente de nacer, la asociación llamó a sus padres adoptivos en Tudela (Navarra), que ya habían recibido antes un niño maltratado (a lo que se dedicaba Medi-Albaida), y se la llevaron.


"Mi vida transcurría normal hasta que de repente, todo dio un vuelvo al enterarme que nada más nacer mi madre biológica me dio en adopción. Sorprendida por este hecho hablé con mi padre, el

cual me dijo que tras nacer y adoptarme tuvo que pagar la cantidad de 150.000 pesetas, por gastos de quirófano, que abonó en tres cuotas debido a que el año 1985 ese dinero suponía un gran desembolso", agrega en la carta enviada al Pontífice.


Cristina Jiménez explica que no encontró salida en la Clínica Montpellier, "donde todo eran excusas y problemas", ni en la conversación con la madre superiora Lucía Merino, de la Congregación de las Franciscanas en Madrid, que se encargaban de los partos, ni acudiendo a los Servicios Sociales de Aragón, ni con la denuncia en el juzgado. Llamó sin suerte a muchas mujeres que se llamaban Basilisca (aparecía en un documento de la clínica).


Agrega que intervino el arzobispado de Zaragoza, Manuel Ureña, ordenando a Cáritas que no entregara el expediente al Juzgado de Instrucción 3. "La ley dice que no prevalece el anonimato de la madre. La conferencia episcopal tiene que facilitar los datos. Me siento vilipendiada por todos los organismos a los que he acudido. Su Santidad, le pido ayuda".