Las lluvias obligan a desembalsar el doble en La Peña

Hoy podrían caer en la zona hasta 40 litros por metro cuadrado, lo que podría elevar todavía más la contaminación del río

Los problemas se acumulan. Cuando parecía que, según los últimos análisis, la contaminación del Gállego por lindano se había reducido considerablemente, el vertido en Bailín del que se informó ayer ha vuelto a complicar la situación, ya que todo apunta a que los niveles se podrían haber disparado por este motivo. Y todavía se podría complicar más debido al efecto de las lluvias de estos días.


A las precipitaciones caídas en la cabecera del río desde el jueves se sumarán las que se esperan para hoy, que podrían ser intensas. De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología ha activado para esta jornada la prealerta por lluvias y tormentas en toda la provincia de Huesca, donde pueden caer más de 40 litros por metro cuadrado acumulados en doce horas.


De momento, ayer ya se empezó a desembalsar el doble que hasta ahora en el pantano de La Peña, pasando de los 16 metros cúbicos por segundo a 32, a los que se suman los 8m3/s que bajan por el canal de Carcavilla sin entrar en La Peña, a modo de ‘by pass’. Estas son las medidas que, junto con el desembalse de Búbal, adoptaron el Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a los pocos días de detectarse la contaminación para intentar diluir las concentraciones de lindano, algo que parecía que se estaba logrando.


Pero ahora está por ver cómo influyen las lluvias, especialmente en el foco contaminante de Bailín. Fuentes de la CHE indicaron que los guardas fluviales están muy pendientes del previsible aumento del caudal en el barranco de Bailín para tomar muestras del agua y analizar el nivel de lindano que contiene. Con estos controles, pretenden además contribuir a esclarecer de qué manera llega el pesticida al agua, ya que continúan abiertas las investigaciones para determinar por qué se han superado durante las obras los límites autorizados de vertido. 


Para ello, según explicó esta semana el presidente de la CHE, Xavier de Pedro, es clave ver cómo se comporta el río en episodios de lluvias. Mientras, la DGA sostiene que fueron precisamente las tormentas las que dispararon la contaminación en septiembre.