La ampliación de los regionales pactada por Renfe queda finalmente descartada

Fomento hace caso omiso a la reclamación de la DGA para mejorar la capacidad del túnel de Goya, imprescindible para admitir más trenes.
Alarcón dice que luchará por lograrlo, pero la oposición le acusa de mentir con el convenio

Rafael Fernández de Alarcón, ayer, en la Cortes de Aragón.
La ampliación de los regionales pactada por Renfe queda finalmente descartada
josé Ignacio Pérez

La ampliación de los servicios regionales pactada entre el Gobierno de Aragón y Renfe para paliar el recorte aprobado hace dos veranos ha quedado finalmente descartada. El Ministerio de Fomento ha hecho caso omiso a la reclamación de la DGA, ya que no ha incluido ni un euro en los Presupuestos Generales de 2015 para completar las obras en la estación de Goya, imprescindibles para admitir la circulación de más trenes en el colapsado túnel urbano de Zaragoza.


El consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, tuvo que reconocer el desplante de Madrid en su tercera comparecencia monográfica en las Cortes de Aragón sobre el convenio ferroviario, aunque se comprometió a seguir "luchando" para lograr los comprometidos refuerzos en las líneas que unen Zaragoza con Alagón, Huesca y Monzón. Alarcón también intentó restarle importancia señalando que los trenes circularán cuando se "pueda" pese a que ya deberían hacerlo desde hace medio año. El problema es que no hay partida para las obras y, aunque se aprobara a última hora, difícilmente daría tiempo a ejecutarlas antes de diciembre de 2015, cuando expira el acuerdo con Renfe. Pese a todo, dijo que el convenio era "más barato y eficiente".


Fuentes oficiales de la DGA señalaron ayer que van a intentar que Fomento cambie de postura y asuma el montaje de la segunda vía de la estación de Goya dentro del capítulo de "mejoras de explotación". Para ello, se requiere una inversión mínima en comparación con el presupuesto ministerial, 1,3 millones de euros. Lo que sí ha quedado claro que el expresidente de Renfe y recién nombrado secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, no hizo mucho caso al consejero cuando hace menos de quince días le pidió apoyo expreso para convencer a la cúpula de Fomento.


La situación provocó duras críticas de la oposición, que llegó a acusar al consejero de haber mentido con un convenio que se firmó a sabiendas de que el refuerzo de trenes anunciado para la primavera de 2014 era irrealizable. En total, debían circular cinco trenes diarios más financiados por las arcas autonómicas. Todos subrayaron que no hay dinero para mejorar la capacidad del túnel de Goya.


El diputado socialista José Ramón Ibáñez le echó en cara al consejero de Obras Públicas sus primeras intervenciones, recordando que dio por hecho la inclusión del ADIF en el convenio porque, de otra manera, no podría "hacer nada". Sin embargo, cerró el pacto con Renfe en el verano de 2013 que se ha incumplido con una retahíla de incidencias y que finalmente se firmó hace un mes.


Ibáñez también le recordó el incumplimiento de los horarios pactados, el destino de los trenes más viejos de la flota de Renfe a Aragón, las continuas incidencias, la supresión de paradas y el "mínimo mantenimiento" de la red. "La oferta no se ajusta a la demanda y, por tanto, hay cada vez menos usuarios y esto solo sirve para justificar los recortes de servicios. Es la coartada perfecta", dijo.


El diputado nacionalista Gregorio Briz censuró la "gestión fallida" de los regionales, que achacó a la falta de un modelo de movilidad para Aragón antes de denunciar la "mentira absoluta" de la segunda fase del convenio con Renfe. También cuestionó los presupuestos estatales, que tildó de "impresentables" por el "maltrato" al que sometía al tren convencional.

El parlamentario de IU Miguel Aso explicó como usuario del regional de Monzón que el servicio iba "a peor".


Mientras, el aragonesista Manuel Blasco señaló que el convenio era "insuficiente", aunque salió en defensa del consejero. El popular Miguel Ángel Lafuente optó por atacar a la oposición, acusándola de "pesimista".