Un problema, una solución

La Asociación de Ostomizados de Aragón ayuda a los pacientes afectados a recuperar su vida normal después de operarse de cáncer colorrectal

Isabel Molinos y Ángel Soto, voluntaria y presidente de la Asociación de Ostomizados de Aragón.
Un problema, una solución
Oliver Duch

Miedo e incertidumbre son los sentimientos que les asaltan y que se convierten en un sinfín de interrogantes: ¿podré hacer una vida normal?, ¿cómo me vestiré?, ¿qué puedo comer?, ¿podré ir a la piscina, al cine, a hacer deporte? ¿y viajar?... Estas preguntas, y otras muchas, son las que se plantean los enfermos de cáncer colorrectal que necesitan una ostomía y salen del quirófano portando una ‘bolsa’ que, desde ese momento, siempre les acompañará.


Isabel Molinos y Miguel Ángel Soto son portadores de una colostomía, la bolsa colectora donde se recogen los residuos que su organismo no puede expulsar de forma natural. Sus historias son parecidas; los dos aceptaron hace mucho tiempo que "el cáncer es el problema, la bolsa es la solución". 


Isabel tenía 59 años y era profesora de la Universidad de Zaragoza. Se encontraba en el extranjero por motivos de trabajo cuando sufrió una fuerte hemorragia rectal. Una vez en España, visitó a su médico e inmediatamente activaron el protocolo para la detección del cáncer. Hechas las pruebas, le comunicaron el diagnóstico: cáncer de colon. Tenían que practicarle una colostomía y, como consecuencia, llevar la bolsa de forma permanente. "Fue una situación que me costó mucho asimilar. Tenía miedo. Era algo desconocido para mí y cuando lo dicen pones cara de marciano", recuerda Isabel.


Ángel Soto y su mujer viajaron a Córdoba para celebrar su aniversario de boda, pero una inesperada hemorragia chafó sus planes hace cinco años. "Me asusté mucho y al día siguiente volvimos a Zaragoza para acudir al cirujano. Me di cuenta de la importancia de detectar los síntomas rápidamente y acudir al médico lo antes posible. La prevención salva muchas vidas", recalca. "Una vida normal"

Ambos coinciden en que el principio fue muy duro, pero que el apoyo de sus amigos y sus familiares, sobre todo, el de sus respectivas parejas, y conocer la Asociación de Ostomizados de Aragón (ADO), fue su salvación. "Unos días después de la operación fui, casi arrastras, a ADO. Quería respuestas a todos los miedos y dudas que tenía", explica Molinos, que en la actualidad es voluntaria de la asociación: "pensaba que estaba sola en el mundo con este problema y descubrí que no, que hay muchos afectados que hacen una vida normal", recuerda agradecida.


Miguel Ángel Soto es el actual presidente de ADO. Su máxima es hacer que los ostomizados "se sientan como en casa". Para ello, ADO presta una atención continuada e integral en respuesta a los problemas asociados: físicos, psicológicos, sexuales, familiares, etc. La asociación cuenta con la experiencia de varios voluntarios y dos enfermeras "estupendas" expertas en estomaterapia.


La sanidad aragonesa es pionera en la detección del cáncer colorrectal con un programa de prevención precoz que incluye a los familiares. Cada año se diagnostican más de 28.000 casos nuevos; es el tumor número uno en incidencia, no solo en Aragón sino en España y en toda Europa entre hombres y mujeres, por encima del cáncer de próstata, mama o pulmón. "La prevención es vital para salvar vidas", señala Isabel. Más del 90% de los casos se puede curar con la extirpación de pólipos malignos o el diagnostico precoz en fases curables. Isabel y Ángel cuentan por su experiencia que en "Aragón tenemos la suerte de contar con grandes médicos"; además "el sistema de cribado para familiares está en marcha y funciona". 


No niegan que el camino es duro: "El primer año es como pasar una travesía en el desierto", recuerda Soto, "pero si aprendes a manejar la nueva situación y a ser autosuficiente, puedes hacer una vida normal, salvo pequeñas limitaciones como levantar peso", dice Molinos. Soto añade que un "paciente empieza a curarse cuando acepta su enfermedad y sobre todo, la solución". "Tenemos la responsabilidad de lanzar a la sociedad un mensaje positivo: Hay una vida muy feliz después de la ostomía" concluyen orgullosos.