"El PSOE no se va a radicalizar para reconquistar al electorado"

Javier Lambán, el líder socialista hace un análisis muy crítico de la situación actual de su partido, pero se muestra seguro de su resurgir

Javier Lambán, secretario general del PSOE-Aragón, el viernes, en su despacho de las Cortes de Aragón, durante la entrevista.
Javier Lambán, secretario general del PSOE-Aragón, el viernes, en su despacho de las Cortes de Aragón, durante la entrevista
Guillermo Mestre

¿El PSOE-Aragón está en crisis?


El PSOE aragonés comparte la crisis que tiene el partido socialista en España. Y compartimos la crisis por la que atraviesa la socialdemocracia en Europa. Poniendo el foco en Aragón, somos la federación, junto con Andalucía, donde existe más cohesión interna, más unidad, lo cual es un valor en sí mismo. Nuestros resultados en las elecciones europeas fueron malos sin paliativos, pero matizados por algunas circunstancias: tuvimos un resultado por encima de la media nacional del PSOE, a pesar de que nosotros competíamos no contra dos sino contra tres fuerzas de izquierdas (IU, CHA y Podemos). Y después de las elecciones, el partido ha mantenido íntegra su cohesión y su conformidad con la línea que marca la ejecutiva regional, que es la que vamos a seguir en los próximos meses.


¿A qué atribuyen el mal resultado cosechado en la Comunidad?


¿Por qué la gente no nos ha votado? Por las mismas razones por las que no nos ha votado en España. No hemos conseguido que los españoles dejen de responsabilizarnos del origen de la crisis; no hemos logrado que dejen de vernos como un partido que comparte con el partido del gobierno, el PP, la responsabilidad de la situación actual. Los ciudadanos siguen asociándonos a la situación que atraviesa el país. Por otra parte, la gente ha dejado de votarnos porque entiende que hemos sido ineficaces a la hora de solucionar sus problemas, que no hemos sido capaces de renovarnos como políticos y de hacer una política distinta y adecuada a las circunstancias actuales.


¿Es falta de proyecto político o de credibilidad?


Creo que tenemos un gran proyecto político que hasta ahora no hemos sido capaces de trasladar a la ciudadanía. Ahora estamos a expensas de que lo desarrolle la próxima Comisión Ejecutiva Federal. El hecho de que el máximo dirigente de partido –Alfredo Pérez Rubalcaba– fuera identificado con la etapa del gobierno anterior ha sido un lastre para él y para el partido. Creo que, sobre todo, henos sido incapaces de trasladar nuestra firme voluntad de empezar a hacer política de otra manera, de reprogramar la política y a los políticos; no hemos sabido entender qué pasa en la calle, qué nos exigen nuestros votantes y nosotros no les estamos dando. Ahí se encontraría la razón del éxito de alguna fuerza política emergente, como Podemos.


¿Están preocupados con el fenómeno Podemos?


Evidentemente, sí. Para nosotros, el fenómeno Podemos pone de manifiesto algo preocupante y es que una parte importante del electorado socialista, o potencialmente socialista, les ha votado. Y queremos recuperar ese electorado. Pero no a base de mimetizarnos con posiciones o propuestas que, desde nuestro punto de vista, son delirantes. Si un político socialista dijera muchas de las cosas que se dicen desde Podemos sería inmediatamente descalificado por la opinión pública. El fenómeno Podemos ha sido consecuencia de la incapacidad, de la ineptitud del PSOE para volver a entusiasmar, congraciarse y retener a su electorado natural y esto debe hacernos reflexionar mucho.


¿Cómo se plantean entonces recuperar a sus votantes?


No me parece que, como consecuencia de los resultados del 25–M, el PSOE deba radicalizarse, ir a posiciones de extrema izquierda, asimilar programas como el presentado por fuerzas como Podemos, que plantea propuestas que, desde mi punto de vista, son irrealizables. Un PSOE radicalizado se convertiría en una fuerza prescindible dentro del panorama político nacional. Y creo que el partido socialista es ahora mucho más necesario que nunca, pero lo es desde su condición de partido de centro-izquierda, asentado sobre principios que, para nosotros, son irrenunciables: el proyecto europeo, la economía social de mercado y dando pasos hacia una mayor participación de los ciudadanos en la gobernanza de los asuntos públicos. Tenemos un proyecto político que es muy solvente y es responsabilidad nuestra hacerlo creíble para que los ciudadanos vuelvan a identificarse con él. Pero lo que no vamos a hacer es desnaturalizar, radicalizar, nuestras posiciones para reconquistar al electorado.


Ferraz ha optado por la renovación y por dar paso a un nuevo equipo. Han dimitido los responsables socialistas de Cataluña y País Vasco. Y hay quien pide que continúen las renuncias. ¿Se da usted por aludido? ¿Piensa dimitir?


La reclamación de Guillermo Fernández Vara de que se vayan los responsables socialistas territoriales cuyos resultados en las europeas no hayan llegado, como mínimo, a la media nacional me parece bastante injusta. A mí no me afecta porque en Aragón, nuestro resultado estuvo por encima de la media, pero el juicio del compañero de Extremadura no es justo porque ya me gustaría verlo al frente del PSC o en el País Vasco y Navarra, comunidades donde se dan unas circunstancias concretas y específicas que están por encima de la capacidad de los compañeros que tenían la responsabilidad de dirigir el partido allí. En Aragón, yo fui elegido secretario general hace dos años con el apoyo del 96% y hace pocos meses me designaron candidato para las autonómicas de 2015. La ejecutiva regional está cohesionada y, por tanto, no hemos encontrado motivos para tomar decisiones de esa naturaleza. ¿Mi disponibilidad a hacerlo, desde un punto de vista personal? Toda. ¿Conveniencia de hacerlo? No la hemos visto por ningún lado porque, independientemente de las cuestiones de edad (no soy precisamente un adolescente), lo cierto es que hace solo dos años que yo estoy en la política autonómica. Mi trayectoria se inscribe en la política local, por la que he pasado, por cierto, sin perder ninguna elección.


¿Han diseñado alguna estrategia para recuperar en Aragón los votos perdidos?


Hay cosas que yo quería hacer de forma pausada y que tendremos que hacerlas más apresuradamente, con más brío. Hay que reactivar la vida interna del partido, plantearse, sin prisa pero sin pausa, una renovación paulatina y sustancial de las candidaturas, pero sin renunciar a la experiencia, sin convertir la experiencia en un argumento en contra de continuar en política. Se tiene que proceder a una renovación importante y a fondo del proyecto político de Aragón como país... pero, sobre todo, debemos reformularnos nosotros mismos y regenerar la política.


Hace continuas referencias a la renovación y la regeneración política. Una plaza importante como es Zaragoza elegirá en los próximos meses a su candidato para las municipales. ¿Cree que los nombres que se barajan hasta ahora (Belloch y Pérez Anadón) cumplen con ese perfil para ilusionar al electorado y parar la sangría que ha sufrido el PSOE en la ciudad en las europeas?


De nombres no voy a hablar. Cuando se convoquen las primarias al Ayuntamiento de Zaragoza, todos los compañeros y compañeras que quieran, tengan ilusión y proyecto tendrán la oportunidad de concurrir a ellas. Yo no me voy a pronunciar sobre los nombres que suenan como posibles candidatos, pero lo que tengo claro es que será una oportunidad de oro que el PSOE sabrá aprovechar para presentarse a las elecciones de 2015 con un programa y savia nueva. Y los deberes hechos como para ser capaces de captar una franja de electores que lleva unos cuantos años abandonándonos.


Por eso, será importante que los candidatos sean creíbles...


Yo confío en que abriendo la espita de la participación seamos capaces de desbloquear determinadas cuestiones que han podido estar bloqueadas; que seamos capaces de oxigenar espacios que la política ha tenido poco aireados en los últimos años. Hay que abrir puertas y ventanas para que entre el aire y se produzcan cambios. Vamos a intentar que los nuevos liderazgos sean desarrollados por personas que tengan un proyecto en la cabeza, capacidad de comunicar bien y de transmitir credibilidad.