El uso de cebos envenenados mata en Aragón a casi 400 animales al año

Las aves, muchas de ellas especies en peligro, son las que más sufren estos casos.

Milano real envenenado
Prisión y multa para el gestor de un coto de caza por uso de veneno y maltrato animal

La sentencia condenatoria que esta semana ha impuesto el Juzgado de lo penal nº 3 de Zaragoza al gestor de un coto de caza de Alfajarín por la muerte por veneno de un milano real y un aguilucho lagunero ha puesto de nuevo la lupa sobre una práctica que parecía cada vez más erradicada en los últimos años. El uso de cebos envenenados, tipificado como delito por el código penal desde 1995, sigue siendo aún un importante caballo de batalla para la Administración y las protectoras de animales, que pese al descenso de los casos siguen alertando de que, tanto la falta de información, como el uso intencionado del veneno, sigue cobrándose cada año la vida de cientos de animales en la Comunidad.


Según un estudio publicado el pasado mes por SEO/Birdlife, solo durante 2005 y 2010 el uso de cebos envenenados provocó la muerte de más de 40.000 animales de toda España, de lo que cuales se estima que casi 2.000 se produjeron en Aragón.


“El número de muertes de animales sigue siendo muy alto a pesar de la persecución de este delito que se ha dado en los últimos años”, explica Luis Tirado, delegado territorial de la Sociedad Española de Ornitología quien señala que a pesar de que en Aragón el número de envenenamientos intencionados -como el de Alfajarín- “ha descendido drásticamente, se siguen produciendo muchas muertes por culpa del veneno debido al mal uso de raticidas y otros productos químicos contra las plagas en explotaciones ganaderas".


Milanos reales, alimoches y otras rapaces vulnerables, las más afectadas


En su informe, SEO/Birdlife recoge los casos detectados por la administración en el citado lustro, donde se dan en su mayoría denuncias de perros y gatos envenenados. Animales domésticos, “cuyos casos son más fáciles de recoger debido a que el dueño es el que denuncia”. Sin embargo, la protectora pone la lupa sobre varias especies de rapaces cuyas muertes apenas son declaradas y que también ocupan los puestos principales, como el milano real, el alimoche o el buitre leonado.


En concreto, la organización recogió en Aragón un total de 107 envenenamientos que produjeron la muerte a 192 animales, “apenas un 7 o un 10%, de las que se estiman que ocurren en realidad”. “El caso del milano real es especialmente alarmante”, señala Tirado, explicando que esta especie ha visto reducida su población un 50% en apenas una década, cifrando la población actual en la Comunidad en apenas 100 parejas.


Las muertes por culpa de cebos envenenados se produce sobre todo en cotos de caza intensiva, donde los dueños pretenden eliminar cualquier posible depredador de las presas que suelta en el terreno. En Aragón, donde apenas se encuentran este tipo de cotos, los casos de envenenamiento se han reducido en los últimos años, sin embargo, el problema ha mutado debido al uso “sin información ni control”, de raticidas en el medio rural y las explotaciones ganaderas. “Ahora mismo nos encontramos con dos casos muy específicos, el ave que ha muerto por consumir un cebo puesto en un coto que iba destinado a zorros y otros depredadores, y el que ingiere el veneno al ingerir topos, ratones o ratas que estaban infectados”, comenta Tirado, que recalca que “hay que concienciar de que el uso de venenos no distingue entre el animal al que va destinado y el que no”.


Pese a todo, desde la organización se celebra que en lo últimos años, gracias al mayor uso de controles policiales y de la unidad canina en cotos y otros espacios, el número de identificaciones y detenciones se ha ampliando cuantiosamente.


Aragón cuenta desde mayo de 2007 con un Plan de Acción contra la erradicación del uso ilegal del veneno en el medio natural que contempla sanciones que van de 300 a 3.005 euros, más cuantiosas que la media española pero muy inferiores al de otras comunidades, como Andalucía, donde las multas van de los 60.000 a los 300.000 euros.


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