El 31 de agosto más negro de la historia: 304.000 empleos destruidos en un día

El octavo mes del año se cierra con 200.000 afiliados menos, la mayor pérdida en este mes de la última década, y 47.000 parados más.

Oficina del Inaem en Zaragoza.
Oficina del Inaem en Zaragoza.
Aránzazu Navarro

El 31 de agosto es un día difícil para muchas personas, que dan por finalizadas sus vacaciones estivales y tienen que volver al trabajo. Pero hay otra realidad que es mucho más dramática: la que sufren aquellos que ­precisamente por terminarse la temporada estival-­ ponen punto y final a su contrato laboral y se van a engrosar las listas del paro. Y, tristemente, este 31 de agosto ha habido muchos, demasiados. Más que nunca.

Así, solo en este día se destruyeron en España 304.642 empleos, algo que es consecuencia de que se dieron de baja de la Seguridad Social 363.017 afiliados mientras que solo se registraron 58.375 altas, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Nunca antes en la historia se había superado la barrera de los 300.000 puestos de trabajo perdidos en una sola jornada -al menos desde que existen datos-, algo para lo que influyó también que cayera en viernes (el día de la semana que más bajas suelen darse). Es decir, un 'black friday' pero en pleno verano y que no llega precisamente cargado de descuentos, sino de 'finiquitos'.

El anterior récord se marcó también otro 31 de agosto, precisamente el de un año atrás, cuando en apenas 24 horas se destruyeron más de 266.000 empleos, lo que supone que el de 2018 hace historia al superarlo por más de 38.000. Desbancó entonces, apenas con dos meses de diferencia, al 31 de junio de 2017, cuando se perdieron 211.792 trabajos. Los peores registros en un solo día en la Seguridad Social han sido en estas dos fechas: 31 de agosto y 31 de junio, pero anteriormente a duras penas se superaba la barrera de los 200.000. El listón ahora ha sobrepasado los 300.000.

No significa esto que necesariamente todos se vayan al desempleo, sino que es más que probable que muchos vuelvan a ser contratados tras el fin de semana -como ha ocurrido en otras ocasiones-, pero sí pone de relieve la precariedad de los empleos, que cada vez tienen una menor duración. De hecho, de los más de 1,6 millones de contratos firmados (la cifra más elevada de la serie para este mes), apenas 153.000 fueron indefinidos.

Y es que agosto es tradicionalmente un mes que trae malas noticias para el mercado laboral, puesto que hay muchas actividades que cierran en este periodo (principalmente en la industria y la construcción) y además termina la temporada estival, pero éste ha sido especialmente virulento, lo que para muchos expertos es ya un claro síntoma de que comienza a resentirse tras estos últimos años de fuerte recuperación.

En este sentido, además de registrarse el récord histórico de destrucción de empleo en un solo día, se marcó también la mayor pérdida de cotizantes de la última década en un mes de agosto:  202.996 menos, cifra que no se superaba desde 2008, primer año de la crisis económica, cuando se evaporaron casi 245.000 trabajos; a partir de ahí, pese a estar en plena recesión, los números fueron inferiores a los actuales: en torno a los 140.000 afiliados menos entre 2009 y 2012 y entre 2015 y 2016, mientras que en 2013 y 2014 la pérdida de cotizantes fue la mitad de la actual al no llegar ni a los 100.000. El total de ocupados inscritos en el sistema descendió hasta los 18.839.814, lo que supone que el ritmo interanual se desacelera una décima respecto a julio hasta el 2,89%, medio punto porcentual menos que en agosto de 2017.

Y lo mismo sucede con el paro: no había una cifra tan alta para un mes de agosto desde 2011: 47.047 desempleados más, ligeramente superior a la del año pasado (+46.400), pero que dista mucho de la de los años precedentes: en 2013 incluso el paro se redujo en 31 personas, en 2014 fue casi una quinta parte de la de este año (+8.070), en 2015 representó menos de la mitad (+21.679) y en 2016 menos de una tercera parte (+14.435). De esta forma, se modera la bajada anual del paro a poco más de 200.000 personas, cuando un año atrás superaba las 300.000.

Ante estos datos, el Gobierno admitió que "cabe hablar de una leve desaceleración", pero la razón que esgrimió es que "no hay ningún freno", pero "el impulso cada año va ralentizándose ya que vamos logrando tasas de afiliación razonables". Así lo aseguró el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, quien también restó importancia a la crisis del sector turístico del que se está hablando y afirmó que "no hay ningún sector concreto afectado" por la caída de la afiliación, sino que "hay un leve incremento en todos" en los meses de agosto de los últimos cinco años.

Es más, la ocupación creció en la hostelería en casi 6.000 personas, mientras que las grandes bajas se concentraron en cuatro sectores: educación a la cabeza, con más de 57.000 puestos menos debido a las vacaciones de verano que dan a los profesores interinos -­algo que el Gobierno está dispuesto a cambiar-­; el sector agrario, que pierde 26.000 trabajadores, además de la industria (-23.632) y la construcción (-20.261).

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