El antiguo cuartel de Pontoneros de Zaragoza, una de las construcciones más simbólicas de la ciudad y que permanecía abandonado en el corazón del sector Zamoray-Pignatelli, acaba de abrir sus puertas reconvertido en una residencia de estudiantes. Y lo ha hecho tras una rehabilitación integral impulsada por el Ayuntamiento de Zaragoza a través de un convenio público-privado con la empresa Xior, en virtud del cual se prevé la inversión de 29 millones de euros para crear 337 habitaciones con capacidad para 377 estudiantes.

Se trata de un nuevo ejemplo de colaboración público-privada que ha visto la luz gracias al trabajo realizado por la sociedad Zaragoza Vivienda, que desde hace años está inmersa en un proceso de regeneración urbanística de la zona. Esta residencia, cuya primera fase entró en funcionamiento el pasado 1 de septiembre, servirá de dinamizadora de la zona Zamoray-Pignatelli.

Dani Marcos.

Con su ejecución, el equipo de Gobierno ha conseguido relanzar un conjunto arquitectónico que llevaba abandonado desde finales de los años 80 y que contribuirá notablemente al impulso del barrio y de la calidad de vida de los vecinos. En este sentido, fuentes municipales recuerdan que desde el 2019 el Consistorio ha invertido siete millones de euros en la adquisición de parcelas y edificios del sector para frenar la degradación e impulsar vivienda a precio asequible. Uno de los últimos anuncios realizados consiste en la rehabilitación de un edificio en la calle de Pignatelli para construir 13 viviendas de alquiler para jóvenes. 

Estas acciones urbanísticas se completan con la renovación de infraestructuras, como las obras que ya se están acometiendo en la calle de Agustina de Aragón, y el ambicioso programa de renovación del alumbrado público en la zona, que prevé sustituir las luminarias actuales por otras tipo led que mejorarán la iluminación y la sensación de seguridad. 

El número 4 de la calle de Madre Rafols alberga la nueva residencia, que se completará con una gran plaza pública que se podrá utilizar para actuaciones de calle y otro edificio colindante. Actualmente cuenta con 151 habitaciones, que se ampliarán a las citadas 337 cuando esté operativa la fase 2, cuyo edificio está situado al otro lado de la plaza de José María Forqué. La apertura ha generado grandes expectativas, hecho que se refleja en el aluvión de reservas por parte de jóvenes procedentes de otros municipios aragoneses, pero también de otros países como Reino Unido, Francia o Austria. La mayoría iniciarán sus estudios en la Universidad Zaragoza y en la Universidad San Jorge.

Oliver Duch

Hay tres tipos de habitaciones, simple, doble y ‘premium’, con un precio mínimo con IVA incluido de 386 euros al mes que incorpora, entre otras características, una recepción abierta las 24 horas, wifi, aire acondicionado y calefacción, limpieza semanal, gimnasio privado y salas de cine y de estudio, entre otras particularidades. Asimismo, la iniciativa contempla una amplia oferta de actividades y servicios para el Casco Histórico y para sus vecinos, integrándolos plenamente en el proyecto. Entre ellos, aparcabicis, cafetería, salas de estudio, salas de conferencias y multiusos, talleres de idiomas y cultura, biblioteca o ‘coworking’.

Por otro lado, y teniendo en cuenta una de las principales reivindicaciones de los vecinos de esta zona del Casco Histórico, en el desnivel que se encuentra en la parte trasera del que fuera edificio de viviendas se formará un graderío natural integrado en la plaza de José María Forqué. Este espacio de antiguas ruinas se ajardinará para que pueda ser utilizado como un espacio polivalente de eventos, teatros, conciertos y graduaciones. Será un elemento clave para los usos de la residencia y tendrá, sobre todo, fines culturales y educativos.

Oliver duch

Cabe resaltar que la rehabilitación de Pontoneros y su transformación en una residencia universitaria es uno de los ejes principales en los que se basa el Plan Especial de Zamoray-Pignatelli, con el que el Ayuntamiento de Zaragoza pretende regenerar esta zona de la ciudad, teniendo en cuenta el patrimonio característico de lo que un día fueron estos edificios. De ahí que se hayan conseguido recuperar los suelos antiguos, que podrán volverse a ver y pisar, y que se esté restaurando, en estos momentos, el pórtico de acceso al graderío.

Asimismo, la residencia no solo recibirá a estudiantes universitarios, sino también a doce investigadores. En 2021, el entonces alcalde de la ciudad, Jorge Azcón, y el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, firmaron un convenio por el que ambas instituciones establecieron un marco de colaboración con el fin de desarrollar un nuevo programa de alojamiento de la comunidad universitaria en la residencia.