ESPECIAL TURRONES CHOCOLATES LACASA ELABORADOS POR EVA ARGUIÑANO

"Mis padres hicieron siempre lo imposible para que los Reyes Magos me trajeran una muñeca"

Eva Arguiñano ha echado mano de sus recuerdos para elaborar tres deliciosos turrones que Chocolates Lacasa ha materializado en un formato redondo, muy original.

Eva Arguiñano ha rememorado sus recuerdos más especiales para elaborar estos turrones.
Eva Arguiñano ha rememorado sus recuerdos más especiales para elaborar estos turrones.
C.L

Cierra los ojos por un momento y piensa en tu muñeca o juguete preferido de la infancia. ¿Cómo era? ¿Puedes recordar su color y tamaño? ¿Eres capaz de saber su nombre? La conocida repostera Eva Arguiñano no necesita cerrar los ojos para saber que tenía dos muñecos preferidos, que respondían al nombre de Agapito y Sisebuta, y otros hechos con telas y un palo. Y lo recuerda porque a sus padres les costaba mucho esfuerzo escribir la carta a los Reyes Magos y que llegaran puntuales a su cita el 6 de enero. 

Aquellos muñecos la acompañaron durante muchas tardes de invierno, que vienen a su mente trayendo consigo el olor a leña quemada y el sabor de los frutos secos que siempre había en un tarro y que ahora no es tan habitual de ver en los hogares. Nueces, almendras, pero sobre todo piñones, que le recuerdan a la Navidad y que ella ha sacado del baúl de sus momentos más especiales para elaborar, a petición de Chocolates Lacasa, un delicioso turrón de frutos de invierno con fragancia de vainilla.

"Si hay un sabor inconfundible en el invierno y la Navidad es el de los frutos secos y la vainilla y también el olor de la canela y las manzanas asadas al calor del fuego. Por eso, cuando los responsables de Chocolates Lacasa me hicieron este sorprendente encargo empecé a pensar en un turrón que me recordara estas fechas y no lo dudé ni un minuto. Es un turrón navideño, para comer en familia, alrededor de la mesa", explica la repostera, quien insiste en que trabajar para Lacasa ha sido para ella "un orgullo y un honor, pero también un reto, porque yo quería aportar en esta experiencia algo más que mi cara". 

Turrón de frutos de invierno.

Turrón de frutos de invierno con fragancia de vainilla

Los turrones transportan al invierno, una época del año en la que abundan las frutas y frutos secos, como piñones, higos, pasas u orejones, con una deliciosa base de chocolate. El mejor dulce para disfrutar de la Navidad. El consejo de Eva para degustar este turrón es dejarlo a temperatura ambiente durante unos minutos, antes de servir, para que se templen todos los ingredientes y se produzca una explosión de sabores al morderlo.

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Eva recuerda esos inviernos con nostalgia y rememora las tardes que pasó acompañando a su madre, afanada en probar a las vecinas los vestidos y otras prendas que le encargaban, mientras ella jugaba con sus muñecos, los que le traían los Reyes Magos y tenían que durarle todo el año. Sus hermanos ya habían marchado de casa. Karlos trabajaba fuera y volvía el día que tenía fiesta y Loinaz y Mª José se marcharon a vivir a Sevilla y París, aunque luego volvieron. Ella, mientras tanto, se entretenía con cualquier cosa. "Nunca necesité mucho para ser feliz. Algunas veces pensaban que era una niña un poco rara porque hablaba con mis muñecos, pero a mi me divertía mucho y así no echaba tanto de menos a mis hermanos", afirma Eva.

"La Navidad eran unos días inolvidables, en familia. Eran comidas abundantes, pero humildes, como las de la mayoría de nuestros vecinos, y luego las sobremesas eran interminables"

Esta ausencia se veía recompensada en Navidad, cuando todos volvían a casa y en el caserío familiar se reunían más de 30 personas. "Eran unos días inolvidables. Nos juntábamos tantos que algunos dormíamos en la buhardilla porque no cabíamos. Eran comidas abundantes, pero humildes, como las de la mayoría de nuestros vecinos, y luego las sobremesas eran interminables, alegres y divertidas. Todavía recuerdo el menú, porque mis tías hacían una comida muy rica: sopa de gallina, tapioca, carne y dulces", apunta Eva, quien quiere poner en valor el enorme trabajo que tenían que realizar sus tías y su madre para tenerlo todo listo, los niños, la casa, los animales del corral...

Reyes cargados de guirlache

Y de todos los días de Navidad, la noche de Reyes era la más esperada por los más pequeños y jóvenes de la casa. "Sus Majestades traían lo que podían, zapatos nuevos que sustituían a los viejos, ropa para pasar el resto de invierno y cosas prácticas. Pero mis padres siempre hicieron lo imposible para que los Reyes me trajeran una muñeca. Yo era la más pequeña y me beneficiaba de eso", indica Eva, quien evoca una noche de Reyes muy especial.

Ella era muy pequeña cuando, un 5 de enero, su abuelo falleció y lo hizo el mismo día que su abuela, pero con cuatro años de diferencia. Sus padres, para que los niños  de la casa no estuvieran en el caserío, le pidieron a sus vecinos, la familia Francesane, que se los llevaran a dormir con ellos, algo que hicieron "con los brazos abiertos". A la mañana siguiente, al levantarse, los Reyes les habían dejado un pañuelo y una barra de guirlache. "Yo tendría ocho o nueve años y me tomé fatal aquel regalo, pero mis padres me dijeron que habían sido muy generosos de acordarse de nosotros aunque no estábamos en nuestra casa", explica Eva, quien en su visita a la fábrica de Chocolates Lacasa en Utebo descubrió los deliciosos guirlaches que desde hace tiempo elabora esta empresa familiar.

En la mesa de Eva nunca faltan los frutos secos y este año el turrón de frutos de invierno que, a buen seguro, le recordará Navidades pasadas

Con el paso de los años, las celebraciones se han ido reduciendo de tamaño. Cada hermano tiene su propia familia y en Navidad se reúnen menos miembros, porque los cuatro prefieren dejar las grandes fiestas familiares para el resto del año. Son fechas más tranquilas, pero igual de emotivas, y en la mesa de Eva nunca faltan los frutos secos y este año el turrón de frutos de invierno con fragancia de vainilla que, a buen seguro, le recordará otras Navidades pasadas en las que una treintena o más de personas disfrutaban del calor del caserío del Goierri, esperando la llegada de unos Reyes Magos que con ella siempre fueron muy generosos.

Estas son las otras dos variedades de turrón que Eva Arguiñano, en colaboración con Chocolates Lacasa, ha elaborado tomando como base para la receta sus recuerdos más emotivos y familiares.

Turrón de calabaza.

Turrón de calabaza dulce con aire de jengibre y canela

Este turrón es un guiño a Lacasa, cuya receta está inspirada en los continuos viajes de Eva a Jaca, cuna de esta empresa familiar. En la capital de La Jacetania probó por primera vez el pan de calabaza con sal y canela, que le ha servido de inspiración para este turrón, que incluye como nota original, jengibre en lugar de sal.

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Turrón de plátano meloso con chocolate y galleta.

Turrón de plátano meloso con crujiente de galleta

Lacasa es tradición por el chocolate y ese es el primer olor que le vino a Eva Arguiñano cuando pensó en los recuerdos que quería convertir en turrón. Un clásico que unido al plátano y a la galleta ha sido y es la merienda preferida de todos. El truco para sorprender con este turrón es añadirle un poquito de pimienta antes de su consumo.

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