El año 2023 no ha sido fácil para la economía mundial. Tras la invasión de Ucrania, llega el conflicto árabe israelí. ¿Estaban las pymes aragonesas preparadas para esta situación?Entendemos que no había ninguna empresa que estuviera preparada para afrontar una concatenación de crisis tras crisis en estos tres últimos años. Ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar que nos íbamos a enfrentar a una pandemia, a la invasión de Ucrania y al conflicto árabe-israelí.

¿Cómo han respondido las empresas?Todo esto nos ha puesto a prueba a los autónomos, las micros y las pymes. Porque, si ya era difícil para las grandes empresas, imagínense lo que esto ha supuesto para las pequeñas, que tenemos menos recursos de todo tipo, financieros, humanos y materiales. Lo que sí ha servido es para darnos cuenta de la capacidad que hemos tenido para superar todos estos embates. Porque las empresas seguimos luchando cada día para sobrevivir y dar nuestra mejor versión.

En algunos casos ha sido muy complicado mantenerse.Desde luego que sí. En este tiempo, ha habido muchas empresas que, por desgracia, no han podido llegar a buen puerto. Y esto es un verdadero drama, porque no solo se cierra una persiana, son familias afectadas que dependían de ese negocio. Y también ha repercutido en los vecinos de la zona. Estamos comprobando que, en los barrios donde los negocios y las tiendas se apagan, no solo se produce tristeza, sino también inseguridad y se infravalora la calle.

A pesar de la crisis económica, ¿han conseguido conservar su papel dentro de la economía nacional?Aquí podemos hacer como una doble lectura. Se nos ha puesto a prueba, tanto a las empresas como a los trabajadores, ambos estamos sufriendo la inflación. Pero me gustaría recalcar que las micropymes, generamos siete de cada diez empleos. Para que sean puestos de trabajo estables y de calidad le pedimos al Gobierno que sea razonable porque no todas las empresas podemos responder de la misma manera a la subida del Salario Mínimo Interprofesional, porque los beneficios no son igual para todos.

¿Están las empresas aragonesas en una situación complicada?Estamos en línea muy difícil y muy complicada. Se ha puesto a prueba la resiliencia que tenemos las pymes por sobrevivir. Nosotros somos quienes cohesionamos el territorio y lo vertebramos. Una especie que, desde luego, no está en peligro de extinción. Porque estamos ahí para dar servicio a la sociedad. Somos muy guerreros y luchadores, incluso a veces nos dicen que kamicaces.

¿Qué papel juega la marca Aragón?Yo diría que muy positivo. Tenemos una herramienta clave que es el diálogo social, que se ha mantenido de forma ininterrumpida durante 34 años, con todos los gobiernos. Esto ha hecho posible que hayan venido inversiones muy potentes, porque el inversor, cuando se fija en región, lo que quiere es paz social y en Aragón tienen esa garantía. La paz social la damos los cuatro agentes sociales, CC.OO, UGT, CEOE y Cepyme.

¿Otro valor es el talento?
Indudablemente. Somos una Comunidad donde tenemos talento, mucho talento y hay que retenerlo.

¿Qué retos se presentan de cara a 2024?Cepyme cumple 45 años y esto es un gran motivo de celebración. Además, seguimos trabajando por la orientación laboral, por la reinserción de mayores de 45 años y por no perder ni un ápice del talento. Tenemos que trabajar con la Administración, mano a mano, para romper barreras administrativas y que nos ayuden a digitalizarnos, para poder crecer más. Y tenemos que ser capaces de movilizar a las entidades financieras para que sea más fácil acceder a la financiación y seguir invirtiendo.

¿Y a nivel de profesionales?Hay que hacer frente a la falta de personal. Tenemos que ser capaces de que ninguna empresa se quede con la persiana bajada porque no hemos sido capaces de encontrar alguien que quiera seguir levantándola día tras día.