El desembarco de General Motors en el municipio zaragozano es, sin duda, uno de los hitos del desarrollo de la industria en Aragón, que supuso la creación de miles de puestos de trabajo y de decenas de empresas auxiliares especializadas en el sector. "La incidencia de la planta no fue solo económica, sino que también supuso la modernización del tejido industrial aragonés y la mejora de la imagen de Aragón, que pasó de región fundamentalmente agraria a ser vista como una ‘comunidad industrial’", apunta Manuel Teruel, expresidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza.

La elección de Zaragoza como destino de su producción no fue casual. De hecho, Teruel afirma que "cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía, el porcentaje de trabajadores en el sector secundario en la provincia de Zaragoza era del 42%".

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También en este aspecto incide Javier Ferrer, primer presidente de la Confederación de Empresarios de Aragón en 1982, entonces CREA, y actual presidente de la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza: "GM se estableció porque ya existía una moderna industria y una importante red de servicios a su alrededor, con un sector del metal potente como el que representaba la fabricación de maquinaria, tal y como evidenciaba la celebración de ferias tan destacables como FIMA y Smopyc".

De las cifras que representaba aquella factoría dio amplia cuenta HERALDO DE ARAGÓN en su cobertura aquel 6 de noviembre de 1982: la inversión se cifraba en 210.000 millones de pesetas (unos 1.300 millones de euros), la mayor que se había llevado hasta la fecha en una planta automovilística. Además, creaba 11.000 puestos de trabajo directos y 13.000 indirectos y las obras habían durado un total de 899 días, según señalaba su máximo responsable, Richard Nerod.

José Miguel Marco

Desde entonces, el peso de la fábrica en la economía aragonesa ha seguido siendo notorio durante las últimas décadas y se mantiene en la actualidad con la actividad de Stellantis. El director de la planta en Zaragoza, José Luis Alonso Mosquera, recuerda: "Esta planta se ha convertido en un motor para la economía de Aragón y en un gran referente tecnológico en la automoción¡ española y en el grupo Stellantis. Unos logros que no se podrían haber conseguido sin el compromiso de todas las personas que han trabajado y trabajan en estas instalaciones".