en colaboración con bodegas aragonesas

Bodegas Aragonesas: 30 años llevando los mejores vinos de garnacha por el mundo

El grupo, reconocido con el Premio Proyección de Aragón de la CEOE, exporta el 50% de su producción y está presente en más de 60 países, como Estados Unidos, Francia o Canadá, y cuenta con 174 importadores en todo el mundo.

Los tres enólogos en un viñedo de más de cien años.
Los tres enólogos en un viñedo de más de cien años.

Nueva Zelanda, Venezuela o Singapur son algunos de los lugares más curiosos donde se pueden probar los vinos de garnacha de Bodegas Aragonesas. El grupo está presente en más de 60 países y exporta el 50% de su producción. Están, por supuesto, en todos los grandes, como Estados Unidos, Francia o Canadá, y cuenta con 174 importadores en todo el mundo. Estas cifras respaldan la trayectoria de estas bodegas que, en los años 80, empezaron a trabajar en el mercado internacional como pioneros en Aragón y que han ido creciendo exponencialmente desde entonces.

Una carrera llena de éxitos y esta trayectoria han hecho a Bodegas Aragonesas merecedora del Premio Proyección de Aragón de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales). "Para Bodegas Aragonesas es un honor recibirlo y agradecemos a la organización que así lo haya determinado. Por supuesto, ha sido gracias al equipo humano, sin cuya colaboración de estos años esto no hubiera sido posible. No son conocidos, pero sin ellos no hubiéramos conseguido estas metas", agradece Enrique Chueca, gerente de Bodegas Aragonesas.

Con sede en el municipio de Fuendejalón (Denominación de Origen Campo de Borja), en Bodegas Aragonesas también son precursores en su especialización en vinos de garnacha. Apostaron por esta variedad en los años 90, cuando ni el mercado ni el consumidor tenían demasiada confianza en ella. "Lo hicimos porque sabíamos que la variedad tenía potencial y que había que saber extraerla y trabajarla bien para obtener calidad", explica Chueca. En 1994 se comercializó su primer vino de esta variedad y, dos años después, lanzaron el primer reserva. "Hace 30 años no era como ahora, cuando todas las bodegas hacen buenos garnachas. Estamos muy orgullosos de haber sido pioneros en esto", añade.

Un vino más fresco y delicado

Precursores en exportación, en comercialización de la variedad garnacha y ahora también en el lanzamiento de un vino más fresco y delicado. Se trata de Nabulé, la última propuesta de Bodegas Aragonesas. Aunque se presentó hace menos de un año en Zaragoza, el proyecto llevaba cociéndose desde 2016, cuando, haciendo gala de su actitud vanguardista, se pensó en arriesgar con una garnacha diferente a la que el consumidor de esta variedad está acostumbrado. 

"Temíamos porque el cliente estaba acostumbrado a otras características y esto le iba a parecer raro. Pero estamos gratamente sorprendidos porque a la gente le encanta", asegura Chueca. Tal es su éxito que ya está embotellado un nuevo producto (todavía sin concretar su denominación) que sigue en esta misma línea, hacia la que apunta el futuro de esta bodega.

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