Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

Las preguntas de una decisión insólita

FILE - Spanish Prime Minister Pedro Sanchez and his wife Begona Gomez arrive at 10 Downing Street in London, Dec. 3, 2019. A Spanish judge agreed Wednesday, April 24, 2024 to probe accusations of corruption made against the wife of Spanish Prime Minister Pedro Sánchez by a private group with a history of filing lawsuits for right-wing causes. (AP Photo/Alastair Grant, File)
Las preguntas de una decisión insólita
Alastair Grant

Alrededor de la críptica y polémica decisión de Sánchez de irse al rincón de pensar para decidir si sigue o no como presidente del Gobierno, el personal se ha cargado de preguntas ante una postura inédita en las democracias occidentales, no solo en España: ¿Por qué se retira cinco días y no seis, diez o un mes? 

¿Dónde reside la prudencia en el plazo? ¿Por qué un presidente del Gobierno puede dejar de hacer su trabajo cinco días mientras el resto de españoles no? ¿Dónde está el peligro para la democracia cuando los medios de comunicación ejercen su papel como fiscalizadores de las instituciones? ¿No será exactamente lo contrario, que la democracia queda dañada cuando los poderes públicos impiden la labor de una prensa libre? ¿La mujer de un presidente del Gobierno debe cuidar sus actuaciones para evitar una acusación de tráfico de influencias, al margen de las decisiones judiciales? ¿Por qué la mujer del presidente del Gobierno dirigió una cátedra sin poseer un título universitario oficial, pese a que no es ilegal? ¿Es cruel apuntarlo o debe contarse? ¿Hay algún otro caso similar en la universidad española? ¿Debe apuntarse? ¿Existió un trato de favor por parte de Begoña Gómez al firmar una carta de recomendación a la empresa de Barrabés para presentarse a un concurso público? ¿Por qué es una insidia contarlo? ¿Debe un presidente del Gobierno entender y aceptar que sus acciones, y las de su mujer, quedan sometidas al escrutinio público desde el primer momento? ¿Cuáles son los límites en las relaciones entre las primeras autoridades del Estado y las empresas privadas? ¿Por qué la solidaridad con el sufrimiento personal, en este caso el de Sánchez, no debe compatibilizarse con la exigencia de una actitud ejemplar en las actuaciones privadas de su mujer? ¿España debe pagar un día, cinco o ninguno los apuros puntuales que atraviese cualquier presidente del Gobierno?

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Santiago Mendive en HERALDO)

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