Kike

Tengo un amigo nuevo. Al Principito de Saint-Exupéry le gustaría saber que no colecciona mariposas, que su tono de voz recuerda la melodía que improvisan las aguas cristalinas cuando brincan sobre las rocas de las montañas del Pirineo y que juega todo el rato. 

Es cariñoso. Canta ‘heavy metal’ y otras canciones que él mismo inventa. Recuerda todas las cosas que son importantes para la gente que quiere. Tiene galápagos y balones de muchos colores. Le gustan los museos, sobre todo los de dinosaurios, por eso conoce casi todas las cosas que podáis imaginar sobre estos animales prehistóricos. Es capaz de hacer de cada día el día más feliz de su vida y de cada paisaje el lugar más bonito que ha visto jamás. A veces graba vídeos de cosas que nadie sabe que son importantes hasta que él las convierte en acontecimientos extraordinarios. Antes, las gallinas de su casa le tenían un poco de miedo. Ahora ya no. A mi amigo nuevo le gusta el fútbol. Algunas tardes su hermana lo lleva a La Romareda. Le parece mal que en los partidos la gente diga palabrotas, pero él también dijo una porque a veces se enfada con el árbitro. Quiere ser futbolista. Como sabe lo importante que es aprender poco a poco, piensa debutar en la tercera división alemana y luego ir progresando para jugar en equipos más famosos. Por alguna razón que yo no he descubierto todavía, es hincha del Cartagena. Mi amigo nuevo es radicalmente bueno. Quiero decir que regala al mundo, sin venir a cuento, esa bondad arrebatadora, que todo lo ilumina, que todo lo transforma. Mi amigo nuevo aún no sabe que siempre podrá contar conmigo.

Víctor Juan es director del Museo Pedagógico de Aragón